martes, 8 de marzo de 2011

Paradoja Informativa

                                                            
Hace algo así como una semana, a la hora en la que la familia se reúne a ver los "acontecimientos del día" contados por gente de rostro bonito, vi un reportaje que mostraba la nueva técnica del crimen des-organizado de nuestro país que consiste en que un sujeto agachado, se acerca a un auto, rompe con un fuerte golpe el vidrio de la ventana del copiloto y se lleva la cartera de la dama, el bolso del estudiante o el maletín del ejecutivo.

  El desarrollo del reportaje apunta a tomar consciencia de esta nueva forma de delincuencia y prevenirla de la mejor manera:  Guardando sus efectos personales en la maleta del auto o dejándolos tapados de la vista de malhechores.

  Hasta aquí todo bien.

  Hoy en la noche, volviendo de una comida familiar, en la esquina de Manquehue con Bilbao, mientras nos encontrábamos detenidos en la luz roja de un semáforo, vimos como al auto de adelante se acercaba un tipo medio agachado.

  Con el conocimiento que tengo de mis amigos, supuse que podría ser un amigo haciéndole una broma a otro o tratándole de curar el hipo a través vieja técnica del susto, pero poco después, me pareció que el tipo miraba la ventana con actitud de pedir monedas.   No alcanzó a parecerme sospechoso cuando golpeó la ventana, tomó una cartera y se esfumó de mi vista en menos tiempo del que me demoró en tipear desde "No alcanzó..." (para estos efectos, me considero una persona que tipea a velocidad promedio).
  Obvio que no alcancé a reaccionar y cuando miré, el tipo se había borrado.

  Lo que me vino a la mente cuando salí de mi impresión, fue que probablemente el tipo había visto el mismo reportaje que yo, pero a diferencia de mi, que me representé la posibilidad de guardar mis cosas en la maleta, él, del otro lado de su tele, se representó la posibilidad de salir a probar esta nueva técnica para robar y quizás lo hizo.